Hoy he revisado los requisitos de algunas agencias espaciales para los candidatos a astronautas. La buena noticia es que, aparentemente, no son requisitos tan restrictivos. La NASA, por ejemplo, solicita ciudadanos estadounidenses:
- Con grado universitario en Ingeniería, Biología, Física o Matemáticas. (Por cierto, avisan de que los grados en ciencias sociales no sirven para aplicar… A la filosofía ni la mencionan…¿Por qué será?)
- Experiencia laboral de al menos tres años (sustituible por un posgrado, o por 1000 horas de vuelo como comandante de un avión a reacción)
- Estatura entre 1.57 y 1.90 m.
- Presión arterial inferior a 140/90 medida en posición de sentado.
- Visión de 20/20 con o sin corrección.
Estos requisitos son más o menos los de las demás agencias, con ligeros cambios. Como decíamos, aparentemente no son tan restrictivos. La mala noticia es que sólo es una apariencia. Sobre el papel no parece tan difícil, pero luego uno ve las cifras de los astronautas realmente admitidos y claro, las cosas cambian.
La NASA presentó el pasado junio a sus Ascans (candidatos a astronautas) del año 2017: un grupo de doce personas, con unos curriculums impresionantes, elegidas de entre 18,300 solicitudes, o sea, menos de una persona por cada mil aplicantes. Este grupo tendrá que afrontar todavía un arduo proceso de entrenamiento durante dos años, después del cual podrán participar en las misiones de la NASA.
Esto ha sido así desde los inicios de la exploración espacial. Al leer libros como «Elegidos para la gloria», de Tom Wolfe, una de las ideas que está siempre presente es que los astronautas eran una especie de superhombres.
Frente a esta opción, llamémosle «oficial», de desarrollar una carrera como astronauta, los vuelos espaciales privados tienen muchas menos limitaciones. En principio, está el asunto del dinero: si realmente quieres volar, debes tener mucho dinero. En el caso del turismo suborbital, unos 200,000 dólares. Y luego, debes gozar de buena salud: hay una lista de condiciones que te descalifican para el vuelo, está claro que si padeces de problemas cardíacos graves, o de psicosis, no te dejarán ir al espacio como turista; pero son requisitos al nivel de las personas normales, no de los superhéroes. Por ejemplo, Virgin Galactic anunció que en su vuelo inaugural estaría presente James Lovelock, el padre de la «hipótesis Gaia», que ya anda cerca de las cien primaveras de edad.
Cumpliendo con estos requisitos de salud y de dinero, ya puedes ir al espacio con un mínimo entrenamiento de dos o tres días.
Me dirán que el dinero es una limitante fuerte, y desde luego que lo es, pero también cabe decir que un fanático del espacio estaría dispuesto a ahorrar e incluso a endedeudarse para cumplir su sueño. Muy poca gente puede conseguir esos 200,000 dólares, si lo vemos a escala global, pero seguro que esa poca gente es muchísima más de la que podría llegar a ser astronauta siguiendo la carrera «oficial».
Por supuesto, a los astronautas oficiales les pagan por ir al espacio, es decir, les pagan por hacer lo que más les gusta. Pero, para quien desee ir al espacio sin tener que dedicar la vida a ello, o quien sepa que de plano no cumple o no quiere cumplir los requisitos exigidos por las agencias espaciales, el turismo espacial ofrece una alternativa muy válida.
José María Filgueiras Nodar